Un Plan imperfecto
-Señor necesitamos
ayuda, nos han derrotado, solo quedamos algunos con vida, nos están
destruyendo, todos nuestros soldados caen como moscas.
-Lo siento capitán,
pero no puedo mandar tal orden, pues aquí en la base también nos han emboscado
y estamos en una batalla cara a cara contra eso ¡perros malditos! -dijo el comandante
de la revolución refiriéndose a los soldados enemigo los cuales están bajo el
mando del malvado dictador Dallas, el cual solo quería gobernar al mundo
entero- tendremos que replegarnos hacia el noreste, trae a todos los hombres
que puedas de tu misión, incluso heridos, mientras más mejor.
-Muy bien capitán,
confío en usted- dijo Reyner cortando la llamada, tratando de proteger a todos
los soldados posibles y llevándolos a los vehículos para su ida.
Una vez en ya en los
vehículos, Reyner pidió conteo de los soldados, en total había 136 de 800 de
los cuales 85 estaban heridos, y 12 estaban agonizando, los otros 39 estaban
casi operativos, contando al capitán Reyner, por medio de los radares pudieron
llegar a la base, en donde el comandante se hallaba.
-Nos quedamos sin
comida ni agua que haremos ahora, al parecer no atacaron las medicinas, las
dejaron intactas, mmm…; que extraño-dijo sumisamente.
-Comandante, ya hemos
llegado.
- Me alegro, ¿y cuantos
hombres trajo con usted?
-Solo 136, pero me temo
que en camino murieron 8, lo siento mucho señor, le fallamos- arrodillándose
ante él, con una expresión de impotencia y disgusto.
-No te preocupes por
ello, rápido traigan a sus heridos y métanlos en las carpas.
-Sí señor, ¡Traigan a
los heridos! - grito con una voz un poco solloza por el sentimiento de haber
perdido contra el dictador Dallas.
-Un momento-dijo el
comandante- muéstrenme las medicinas- al verlas se percató de que estaban
alterados todos sus medicamentos, para una muerte dolorosa.
- ¿Algún problema
señor?
-Sí, todos estos
medicamentos están alterados, temo que tendremos que dejar a los heridos tal y
como están, pues estos solo les harán más daños.
El comandante sentía la
impotencia de Reyner, el no poder hacer nada por su gente y solo pensaba en qué
sería de la revolución y solo mando a registrar la zona, después de tres días
crearon un mapa en un radio de 20klm.
-Cerca de esta zona hay
3 campamentos de Dallas los cuales 1 de ellos está demasiado cerca, que no nos
hayan encontrado es un milagro, mañana al atardecer atacaremos ese campamento,
capitán reúna a sus hombres y avíseles del ataque-sí, dijo Reyner asintiendo
con la cabeza- prepárense muchachos pues estamos muy cerca de la muerte.
A horas de la tarde del
día siguiente fueron 3 secciones en grupos de 25 soldados, ni bien entraron
todos a sus campamentos el comandante grito- Ataquen-y en se libró una batalla
de 2 horas en la cual ganó el comandante, esa misma noche llevaron a todas las
provisiones del campamento derrotado al suyo, obtuvieron medicamentos y mucha
comida, entre ellas había pan, papas, arroz y leche, aparte de abundante agua,
y por lo que se vio eran recién entregadas pus su vencimiento será hasta dentro
de siete meses.
Tres días después alistaron
100 soldados de la revolución, Reyner llevo a 50 al campamento 3 para su
destrucción.
-Esperamos su señal
comandante-dijo por el radio.
-Atacaran en cuanto
solo quede de dos a tres soldados vigilando los campamentos. Reyner vio que quedaron
dos soldados en guardia y dio la orden- Disparen- y todos sus hombres entraron
en combate y en treinta minutos ya se tenía nuevas armas, medicamentos y
comida.
-Excelente trabajo
Reyner- dijo el comandante- ¿cuál es tu reporte de bajas?
-Tenemos cuatro muertos
y siete heridos-dijo con cara sumisa, sin mirar directo a su comandante.
-No te preocupes todas
esas muertes serán cobradas con la muerte de Dallas, ningún hermano morirá en
vano, y en cuatro días Dallas será el perro que suplique piedad, esto valdrá la
pena.
-Así que esa revolución
piensa ir contra mí, ja jajá, des pues de tanto tiempo esos imbéciles tienen la
osadía de enfrentarme, si es necesario mandare a todo el país contra esos
comunistas, pero bueno, Capitán reúna a todas sus filas quiero a cada uno de
esos revolucionarios suplicando de rodillas-dijo a su capitán de combate.
-Sí señor, ohh Dallas
el rey-arrodillándose y besando su mano, para Dallas era una obligación que
cada que se dirigiesen a él sea con ‘‘ohh Dalla el rey’’ pues su ego era
inmensurable.
Ya en cuestión de horas
el Capitán Derek, subordinado de Dallas, reunió a más de tres mil soldados en
busca de la revolución y en especial de su líder.
-Bueno ya solo queda
prepararnos para el combate final-dijo el comandante.
-Señor- dijo un
mensajero de la revolución- el dictador Dallas se puso en meta cazar a la
revolución de un solo golpe, mando a traer a más de dos mil soldados en nuestra
caza.
-Rápido-grito de
comandante-alisten todo, tenemos que salir de aquí, corran hacia las montañas y
mañana ejecutaremos el plan perfecto.
Esa mañana salieron y
ejecutaron el plan, las tropas del comandante se desplazaron haciendo un círculo alrededor de
casa de Dallas, pues si lo mataban, todo acabaría, la libertad sería el premio,
se ideó un patrón de disparo para despistar a las tropas de Dallas, al
acercarse a su casa, Dallas tenía todo un plan para capturarlos, pues el plan
de Dallas era torturarlos, en menos de diez minutos la revolución sucumbió ante
Dallas y solo quedando el comandante con una esperanza, siendo él esa
esperanza, no quiso dejar de pelear por un país libre, con derechos y
honestidad, la única solución eran unas… unas…
El coronel salió del
agujero donde estaba escondido y miro a Dallas con asco y él a su vez miraba al
coronel con total confianza de haber ganado y poder ser el líder mundial.
-Acabare de una vez por todas con esto, ohh
Dallas el asco- Dallas solo sonrió- te quitare esa mueca de tu rostro, esto
valdrá la pena- el coronel corrió hacia Dallas y se quitó la chaqueta dejando
ver cartuchos de dinamita.
Plan perfecto:
1.
Disparos continuos y unánimes.
2.
No rogar por nuestra vida.
3.
No delatarnos por conseguir momentos más de vida.
4.
Ayudar a los compañeros.
5.
No morir.
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